viernes, 14 de diciembre de 2007

Rogelio Domínguez S.

Pared



Qué poder tienes, si me acerco a ti desapareces mi sombra. En ti recargo mi espalda y descanso mi fatiga; tus caras, muchas veces maquilladas otras veces con telarañas, me dan confianza. Testiga muda, guardadora de secretos, siempre callada y ciega, encerradora de misterios, cómplice de locuras, atajadora de vientos, guardadora de vergüenzas, protectora de sueños. Atrás de ti se ríe, se llora y tú marcas el silencio. Alrededor de ti siempre habrá gritos y recuerdos.
Tú eres la barrera, después de ti está la imaginación.

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